El reemplazo completo de la cadera, conocido médicamente como artroplastia total de cadera, ofrece una mejora significativa en pacientes con osteoartritis grave o fracturas de cadera. Mediante el abordaje anterior, el procedimiento busca reducir el daño a los tejidos musculares para acelerar el proceso de recuperación. Inicialmente, se hace una incisión frontal de aproximadamente 10 a 15 centímetros, a través de la cual se extrae la cabeza femoral deteriorada y se reemplaza por un implante artificial fabricado con materiales de calidad superior, como cromo-cobalto y polietileno.
Después, se coloca un vástago de titanio en el interior del fémur, que sostiene una esfera cerámica que actuará como la nueva cabeza femoral. Este procedimiento meticuloso permite recuperar una movilidad óptima y favorece un retorno más rápido a sus actividades cotidianas.
Tras la cirugía, se procede a la reparación de los tejidos afectados y se drena cualquier exceso de líquidos acumulados. El paciente es trasladado a una sala de recuperación, donde despertará gradualmente de la anestesia bajo estricta supervisión médica.
Nuestro compromiso es brindarle mucho más que un alivio al dolor; buscamos ofrecer una atención ortopédica integral y de calidad para que pueda retomar su estilo de vida activo con plena confianza.
Preparación prequirúrgica: Un equipo especializado lo acompañará en cada etapa previa a la operación. Esto incluye clases educativas, ejercicios personalizados de fisioterapia, reuniones informativas y asesoría para preparar adecuadamente su hogar para la recuperación.
Procedimiento quirúrgico: Antes de la cirugía se realizarán exámenes médicos exhaustivos para verificar que se encuentra en condiciones óptimas. Una vez aprobado, se llevará a cabo la intervención y posteriormente pasará un periodo inicial de recuperación en la Unidad de Cuidados Postanestésicos, antes de ser trasladado a una habitación privada donde continuará con su evaluación y terapia personalizada.
Rehabilitación y seguimiento: Al salir del hospital, asistirá a sesiones programadas de rehabilitación y consultas de seguimiento, incluida la retirada de puntos quirúrgicos. También tendrá acceso a citas virtuales con el cirujano y fisioterapeuta para asegurar que su recuperación sea efectiva y constante.
Por lo general, la prótesis de cadera puede durar entre 15 y 20 años, dependiendo de factores como la actividad física, peso corporal y estado general de salud. Las revisiones periódicas y un estilo de vida saludable ayudan a prolongar su duración.
El tiempo de recuperación varía según la persona, pero normalmente puede volver a realizar actividades cotidianas entre 6 y 12 semanas después de la cirugía. Recuerde que cada paciente evoluciona de manera diferente.
Es importante entender que una recuperación exitosa exige compromiso activo con la fisioterapia. También podría necesitar adaptar su hogar para facilitar la movilidad postoperatoria, instalando ayudas como barras de seguridad en el baño.
No existe una edad específica límite para realizar un reemplazo de cadera. La decisión depende más del estado de salud general y cómo la afección afecta su calidad de vida.
Mantenerse activo, seguir programas fisioterapéuticos, utilizar ayudas como bastones y tomar medicamentos recetados para el dolor puede ser útil, pero siempre bajo supervisión médica.
Si el dolor persistente en la cadera afecta sus actividades diarias, su descanso, no cede ante medicamentos o limita notablemente su movilidad, es conveniente evaluar la opción quirúrgica con su médico.
El nivel de dolor postoperatorio es variable. Con estrategias efectivas de control del dolor, este debería disminuir considerablemente durante la recuperación, mejorando notablemente respecto al dolor preoperatorio.
Los implantes para reemplazo de cadera suelen estar compuestos por metales o cerámicas altamente pulidas, plásticos resistentes como el polietileno, y vástagos metálicos robustos, generalmente de titanio o cromo-cobalto.
El cirujano retira cuidadosamente las partes dañadas de la cadera y las sustituye por componentes artificiales de alta calidad, incluyendo la cabeza femoral y el acetábulo.
Sí, justamente uno de los objetivos principales del reemplazo de cadera es permitirle regresar a un estilo de vida activo. Aunque ciertos ejercicios de alto impacto podrían estar limitados, actividades como caminar, andar en bicicleta, nadar o jugar al golf generalmente pueden retomarse con normalidad.